martes, 30 de octubre de 2012

Todo en familia

Entrevista a Ciclofamilia en Diarios de Bicicleta by diariosdebicicleta
"Somos una familia que descubrió que la bicicleta es una experiencia que nos permite conocer, hablar y amar a una escala humana y sencilla. Disfrutamos de andar, y también disfrutamos mucho de parar, frenar y ver con la enorme libertad de quien no tiene más ventanillas que su abrigo". Con estas palabras, se presenta Ciclofamilia en su perfil del Facebook que ya cuenta con más de dos mil seguidores que también se convierten en lectores del blog donde se encuentran decenas de historias variadísimas en relación a la bicicleta y demás hierbas. En mi caso no fui la excepción; los conocí vía Facebook y a partir de ahí fue fluyendo una relación entre mensajes y "me gusta". Hasta que nació la fabulosa idea de invitarlos a participar de la columna radial de Diarios de Bicicleta. Así, a través un diálogo fluído y divertido, quedaron plasmados conceptos reveladores sobre el movimiento ciclista, la movilidad en la ciudad, la convivencia en el tránsito y otras anécdotas exquisitas.
Diarios de Bicicleta (DB): ¿Cómo y por qué nació Ciclofamilia?
Ciclofamilia (CF): Con Marcela, mi mujer, siempre nos gustó mucho pedalear. Y cuando nacieron los chicos vino la disyuntiva de cómo hacerlo, cómo seguir pedaleando, disfrutando la ciudad y moviéndonos, y a partir de las experiencias que fuimos ganando, obteniendo y construyendo para resolver los problemas prácticos de compartir con los chicos la bici, sentimos la necesidad de poner en un blog todo eso para los demás y de alguna manera, como disfrutamos muchísimo de la actividad de pedalear con los chicos, animar a otros. El objetivo del blog se cumplió. Más allá de que nuestro blog trate temas generales sobre la cultura de la bicicleta en la ciudad, el origen fue compartir esta vivencia y animar a otros a romper la cultura del miedo, que es lo único que se necesita para subirse a la bici.
DB: ¿Qué es lo lindo de compartir el tiempo en familia arriba de la bici? ¿Te acordás de alguna anécdota?
CF: Hay como un montón de lugares comunes asociados a la bici y el andar con los chicos, que tiene que ver con la convivencia en la calle o con la violencia vial, pero nosotros siempre contamos una anécdota que nos pasó que es muy ilustrativa de esto. Ignacio, fiel a su origen santiagueño, suele dormirse arriba de la sillita de la bici; empezamos a andar y se duerme, lo cual es toda una particularidad por las contorsiones que suele tener esto (El hecho de que los chicos se duerman es un indicador de paz y de alegría, en los lugares donde hay mala onda no se duermen) Recordamos que una vez, una  mujer adelante en la camioneta con su bebe en brazos y sin cinturón de seguridad nos dijo “ey, cuidado! El chico se durmió”. Pero qué loco, porque en términos potenciales ella estaba adentro de un vehículo con 1300 kilogramos de masa de piso con el bebe adelante sin cinturón, y el riesgo era nuestro. En esto hay cosas que están mal planteadas, en muchos lugares a la hora de moverse, hacerlo con los chicos en bici es mucho más seguro que en auto. Aunque parezca paradójico, porque vas a velocidad humana.
 
DB: Nombraste la frase violencia vial ¿cómo se vive esto en las calles?
CF: Hoy muchos de los grupos y de los activistas que buscan mejorar las condiciones de vida en el ambiente vial, empiezan a hablar no ya tanto de seguridad sino de convivencia vial, porque si tenes que 95 por ciento de las razones de los mal llamados accidentes, sino que son siniestros, de alguna u otra forma están vinculados a causas humanas, el problema es más bien de convivencia que de seguridad. Empiezan a hablar de que el ambiente de la calle es un ambiente de violencia. Y esta manera de enfocar el problema como a su modo lo fue en su momento la violencia de género empieza a alumbrar otras conductas del nosotros y el estar en la calle, conductas que de alguna manera están invisibilizadas, pero que hay que tratar de echar luz a partir de esta clave: por qué una persona que a veces es un buen comerciante, un buen esposo, y buen padre se sube a un auto y tiene conductas totalmente contrarias a las conductas que tiene regularmente. Las grupos de familiares de víctimas empiezan a plantear esto como una forma de violencia, porque sin lugar a duda, están muriendo 13 personas por día en la Argentina, sin contar que hay una cantidad muy grande de personas que van a sufrir distintos siniestros viales y le van a quedar secuelas físicas y psicológicas muy graves y que va a haber otras personas que un día salieron a manejar, que de repente no son víctimas sino que se convirtieron en victimarios de otros y eso también deja secuelas.
DB: Esto también se relaciona a la inequidad o desigualdad que existe entre los medios de transportes que circulan en la ciudad…
CF: Totalmente. Una vez, hablando con el presidente de la asociación de ciclistas urbanos de Buenos Aires, señalaba que la infraestructura vial siempre está pensada desde atrás de un parabrisas, que es la peor opción en términos de transporte y convivencia, no es un problema de ponerse en contra de los autos, uno no puede estar en contra de los objetos, pero en cambio de la infraestructura focalizar que el eje de las decisiones se tomen atrás del parabrisas, empieza a generar todo un ambiente urbano que algún punto se va convirtiendo lentamente en hostil a los otros integrantes, en este punto creo que hay una inequidad porque la inversión pública por lo general tiende más a facilitar las cosas al usuario individual de automóvil o al menos hay una alta cuota de inversión pública destinada a eso.
DB: ¿Y desde donde nos tendríamos que parar para pensar en todos y todas?
CF: Estoy convencido de que la bicicleta no es la solución al transporte pero es una de las mejores perspectivas para enfocar el problema. Creo que hay que avanzar en un modelo que tienda cada vez más al transporte público, las bicicletas públicas también pueden cumplir un rol super importante, y creo que si cambias el eje del transporte individual al transporte público ya todo cambia, y de una manera muy importante. Insisto no es un problema de estar en contra o a favor del auto, sino cómo movemos de la mejor manera, de la manera más amigable con el ambiente y de la manera menos violenta a las miles de personas que necesitan transportarse. Esa es quizás la pregunta.
DB: Se habla de una revolución de la bici, ¿opinás que es así?
CF: Uno que viene pedaleando desde hace muchos años, sin lugar a dudas que estamos viviendo un nuevo renacer de la bici que es muy grande, que tiene discursos novedosos, antes la bici estaba muy sesgada  al problema del transporte o al problema del deporte, hoy también se asocia con nuevas formas de organizar lo comunitario, un caso en Buenos Aires maravilloso es La Fabricicleta, un taller donde la gente va, aporta piezas de manera gratuita, se comparten saberes. Entonces la bicicleta está llevando a una nueva visión de la sociedad, eso es un merito de los ciclistas más que de la bicicleta.
DB: También con el movimiento Masa Crítica en todo el país…
CF: Claro, está sucediendo en un montón de ciudades. El planteo empieza con la bicicleta pero su consecuencia es una visión nueva de lo público. Nuestra concepción es que la calle es de todos, pero más bien es de nadie.
DB: ¿Cómo se está moviendo Buenos Aires? Las políticas públicas y las bicisendas?
CF: Mi postura es crítica. Partimos de un hecho que es indudable que la aparición de las bicisendas ha fomentado la aparición de ciclistas, ese es un hecho más bien objetivo. Pero sí creo que las bicisendas tienen problemas de infraestructuras que son muy importantes, como por ejemplo, que sean de doble flujo, porque esto hace que el peatón antes de cruzar tengan que mirar tres veces la calle, o sea, le añade un costo al peatón. Hay muchas bicisendas puestas en la vereda de avenidas como la av. libertador. Parecería que las bicicletas comparten con el peatón y lo ponen al peatón en una condición de mucha inferioridad, porque la bicicleta anda a 15 kilómetros por hora y el peatón no. hoy la concepción del sistema público de bicicletas, me parece una idea interesante, pero le falta mejorar la distribución geográfica, las políticas de la bicicleta hacia el sur no llegan, por ejemplo. Creo que una bicisenda en la circunvalación de posadas es seguro  y necesario, el tema es en las calles urbanas donde las velocidades son de 40 de velocidad máxima hace falta segregar a la bici de la calle, además aparecen obstáculos que paradójicamente dejan al ciclista en una posición de indefensión.
DF: Por último, ¿Cuál es tu recomendación para las familias que quieran empezar a movilizarse en bici?
CF: Para andar en bici con los chicos lo que hay que hacer es tener una sillita atrás y tener ganas de hacerlo. Hay que tener algunos cuidados, pero eso lo tiene cualquier padre responsable. Hay dos recomendaciones mínimas, tener frenos, no contrapedal, y tratar de poner todo el portaequipaje a los soportes estructurales del cuadro, pero por lo demás, solamente con el entusiasmo va alcanzando. O mandar un correo a ciclofamilia@gmail.com y nosotros les contestamos.


martes, 23 de octubre de 2012

El Oniriciclo, mezcla de sueños y bicicletas

Desde las alturas, Juan observa el paisaje urbano. Sin prisa, pedalea por el frio asfalto de la ciudad mientras siente que las copas de los árboles le rozan los hombros. Su vista es privilegiada y su equilibrio envidiable. Como intentando romper con lo ordinario y lo convencional, la medida de su bicicleta no es igual a la de los demás; se llama Oniriciclo, está más cerca del cielo y más distante del suelo. Por eso, solo Juan conoce cómo subirse y cómo bajarse de esa máquina a pedal. Sumergido en una sensación de ensueño, sigue andando mientras los techos de los autos pasan y el resto de la masa ciclera acompaña en un trajinar colectivo por las calles de la capital.
La historia del oniriciclo en Diarios de Bicicleta by diariosdebicicleta
“Pura vida”, así nos saludó Juan Aguirre Taboada desde Buenos Aires para una de las columnas radiales de Diarios de Bicicleta por FM RadioActiva. Al principio de la entrevista, nos contó que los oniriciclos o “tall bike” más altos llegan a los 3 metros de altura. “Es peligroso pero según lo que uno piense”. En realidad, Juan explicó que se trata de una bicicleta doble, un cuadro arriba de otro, pero eso basta para llamar la atención y quebrar la monotonía urbana. ¿Se puede armar un oniriciclo en el patio de mi casa o el taller del bicicletero? “Infinitamente sí. Es empalmar dos cuadros y estirar una horquilla, que generalmente usamos un caño de gas”.
La palabra Oniriciclo es mezcla de lo onírico con la bici. “Es un objeto a reacción poética, porque saca de contexto a las personas, para bien o para mal después depende de cada uno. Pero cambia el panorama de la ciudad, por más de que sea Buenos Aires donde podes andar desnudo y nadie te presta atención”, describió Juan.
Y vaticinó que “algún día va a ser normal, algún día va haber muchísimos, la gente se va animar y se van a dar cuenta de que es un poco mas riesgoso pero que genera mucha confianza cuando uno lo hace bien y después viene el disfrute de esa altura y de esa visual”.
Juan también pertenece a los Delironautas, otra palabra inventada. Se definen como una caravana de exiliados, una familia de artistas. Estos conductores delirantes participan de la Masa Crítica porteña desde que comenzó, hace cuatro años atrás. Montan frase en los oniriciclos y la primera fue, precisamente, Pura vida. “Es muy distinto a lo que empleamos hoy que cuando te encontrás con alguien le decís “¿cómo estás? No bien”. “¿Y qué hiciste? No nada”. Hay como una negación constante en el lenguaje que no me parece agradable, que en definitiva son mantras que se dicen, que se articulan y llevan una negación. Entonces montamos mensajes como “hola”, “buen día”, “evítese la bocina al menos que sea necesario””.
El objetivo de los Delironautas es empezar a recorrer Latinoamérica. Desde Montevideo hasta San Francisco, EEUU. Ninguno es ciclista de profesión, ni están por cumplir una hazaña deportiva. “Esto es la búsqueda de comprobarnos primero a nosotros mismos que una idea que nos pareció bella se puede llevar adelante”. Por eso la convocatoria está abierta en el blog: http://oniriciclos.blogspot.com.ar/
Allí describen al Oniriciclo como “intervenciones urbanas concretas con sólo transitar las calles y romper los esquemas de lo esperable. Si un objeto tan familiar como una bicicleta puede asumir una forma tan novedosa, ¿qué se puede esperar del resto de las formas conocidas, incluso de las sociales? Así, exploramos el potencial revolucionario de lo absurdo”.

lunes, 1 de octubre de 2012

Puro equilibrio y corazón

Desafiando la gravedad


De manera natural y cotidiana, Valeria del Río se mueve en monociclo por la ciudad. Nació en Posadas, Misiones pero hace años vive en Buenos Aires, donde se traslada en una rueda a todas partes. La clave para hacerlo son el equilibrio y la actitud. Durante la quinta Masa Crítica posadeña, ella misma nos cuenta cómo y por qué elige este medio de transporte. 

Con ansias de saber un poco más sobre el uniciclo, comencé a navegar por la red y me encontré con otro mundo. Se dice del monociclo que es uno de los inventos más útiles para la ciudad ya que su reducido tamaño lo hace muy apto para los ciudadanos que viven en departamentos, ya que es muy fácil de guardar y se puede usar como medio de transporte rápido y ligero. Asimismo, este medio transporte y de ocio también es una herramienta de trabajo para circenses o artistas callejerxs.
En la Masa Crítica 5 de Posadas
Además, existen diferentes modalidades en el uso del uniciclo, y también diversos trucos que se pueden aplicar: http://es.wikipedia.org/wiki/Monociclo

En esta página, enseñan cómo armar un monociclo casero: http://www.taringa.net/posts/hazlo-tu-mismo/7415242/Como-hacer-un-monociclo-Casero.html
¿Te animás a subirte? Aquí un video para aprender a andar en monociclo: