domingo, 15 de abril de 2012

Chipero de alma

Ya llegó el otoño pero por estos lares el sol del mediodía todavía pega fuerte. La bicicleta dorada se detiene en una esquina. Su aparición suele forma parte de mi recorrido diario por la ciudad, pero nunca antes me detuve a hablar con la persona que la conduce. Las exigencias laborales, las horas que corren o los metros de distancia que nos separan impedían que el diálogo se concrete. Hasta que me la encontré en esa esquina de la plaza San Martín de Posadas. Ya no había escusas. Esa historia me estaba buscando y yo a ella. También en la ciudad se percibe la riqueza de lo simple, siempre algo o alguien nos puede sorprender, solo es necesario detenerse/nos y conocerse/nos.  
El personaje de esta nueva anécdota se llama Fabio, un ciclista y laburante urbano con una biografía que merece ser contada. Con 48 años pedalea por las calles de los barrios posadeños para vender chipa, uno de los alimentos típicos de Paraguay y parte del Nordeste argentino. Gracias a su trajinar, cientos de posadeños y posadeñas pueden degustar esta exquisitez gastronómica tan necesaria para hacerle frente a la rutina. A las cinco de la mañana arranca su día arriba de su bici dorada con dos canastos llenos de chipas. “Tengo un coche, un Renault 19, pero yo amo la bicicleta… siento mucha satisfacción, me siento contento, me siento realizado como persona, al decir gracias a dios tengo la fuerza para pedalear y estoy entero. Es como que tengo contacto con el aire, con la naturaleza…”, dice este luchador del asfalto, que hace más de siete años se define como chipero. Pero, su relato no termina ahí.  A través del testimonio, en la voz del propio protagonista, se vuelve cada vez más valiosa esta historia.      
Fabio, un chipero de Posadas by anavi03

sábado, 7 de abril de 2012

La masa posadeña comenzó a rodar

Primera Masa Crítica de Posadas by anavi03

Por la calle ayacucho
Una idea loca. Un sueño compartido. Una propuesta. Muchas ganas. Al principio eran solo estos los ingredientes necesarios para imaginar que la Masa Crítica podía rodar por las calles de Posadas. En ciudades cercanas, el movimiento estaba girando hacía rato y los deseos de que suceda algo parecido se hacían cada vez más fuertes en nuestra tierra colorada. Era una locura linda, un desafío posible, un encuentro necesario. Fueron suficientes tres domingos, las redes sociales y varias cabezas creativas para que esta celebración mundial desembarque en la capital misionera. Finalmente, toda esa pasión por las ruedas de tracción a sangre se hizo realidad a partir del trabajo colectivo y voluntario de personas creyentes en que un cambio es posible. Llegó el domingo 1ro de abril y esas antiguas predicciones o conjeturas de cómo sería ver a cientos de personas pedaleando o patinando por el centro de la ciudad se materializaron en una incalculable explosión de alegría, felicidad, amistad y buena onda durante una tarde dominguera inolvidable. Donde antes solo el parque automotor tenía un lugar para movilizarse, donde antes los vehículos motorizados echaban humo contaminante por los aires, ahora rodaban rollers, skates, longboards y bicicletas.

Rodeando la plaza San Martín
La cita estaba pautada para las 6 de la tarde en la plaza San Martín. Llegar y ver a un gran grupo de adolescentes y jóvenes circulando en skates, longboards y rollers, todos juntos en un solo lugar, fue una imagen delirantemente asombrosa (justo en ese momento, sonó en mi mente esa canción de Calle 13 que dice: “esto no se trata de rebeldía, esto se trata de ser indisciplinado por un día… vamo a portarnos mal”). La primera Masa Crítica empezó a rodar cerca de las 18.15. Una mezcla de sensaciones inundaba el paseo inicial por la calle Junín. Por un lado, la alegría inmensa y la adrenalina de ver a una verdadera masa de medios de transportes no contaminantes transitando por la ciudad, pero por otro lado, la preocupación de que no suceda nada malo y la precaución de estar pendiente en cada detalle para que sea un paseo tranquilo, pacífico, donde todos nos cuidemos unos a los otros y nadie salga lastimado. Era la primera vez que lo hacíamos y la idea es seguir haciéndolo una vez al mes. Por eso era y es necesario que salga todo bien. La masa se movía en Posadas, pero en simultáneo también en otras capitales del mundo, y eso conlleva una enorme responsabilidad. Lo que suceda en la masa posadeña, repercute de alguna manera en las otras masas del planeta, y había que portarse como duques y princesas.
A penas partimos ya comenzamos a sentir el apoyo de la gente, del lado derecho, sobre el carril de los colectivos, un automóvil blanco nos acompañó tocando bocina durante un largo trecho. Mientras tanto el resto de los conductores supo aguardar a que la masa transite con un ritmo de parsimonia dominguera. Así continuó el recorrido por las principales calles del centro, Ayacucho, Córdoba, Colón, Santa Fe, Félix de Azara, San Martín, Rivadavia, Bolívar, San Lorenzo y Córdoba nuevamente. Hasta que por una bajadota de la calle córdoba llegamos a la costanera. En el camino se observaron algunas resbaladas de rollers y skaters, pero como dicen algunos, “un tropezón no es caída” y la masa siguió rodando con más fuerza. Un minuto de descanso frente a la ex Estación de Trenes (dicho sea de paso pero no menos importante, uno de los tantos patrimonios destruidos producto del genocidio cultural que ocasionó la instalación de la represa de Yacyretá en aguas del Río Paraná)  sirvió para hidratarse y esperar a que la masa vuelva a ser homogénea. En ese momento, el paseo fue visto por los transeúntes en todo su esplendor y detrás de la masa, se armó una larga fila de automovilistas que transitaban lento y sin chistar. En medio de la ruta por el camino costero, un pequeño inconveniente provocó el atraso de un grupete: se soltó la cadena de la bicicleta de una de las participantes. Sin buenos resultados, otras tres personas que estaban pedaleando intentaron ayudarla. Pero gracias al dios ciclero que nunca nos abandona, entre la masa apareció nuestro bicicletero amigo, Héctor, quien rápidamente llegó hasta el lugar de los hechos y reparó la cadena (“qué falta nos hace un taller de ciclomecánica”, pensaba yo). La celebración continuaba, el paseo era aplaudido por algunos transeúntes, otros ciclistas/patinadores se iban sumando en el camino y un skater un poco agitado y transpirado preguntaba “¿falta mucho?”.

Llegamos!!!
Hasta que llegó el “épico final”, como lo definieron muchos. Con un bello atardecer recibiéndonos, culminamos esta fiesta en la costanera posadeña. Agua, bananas y tereré fueron los aliados para reactivar las energías corporales.  Allí con aplausos, abrazos y algunos gritos de satisfacción, la masa logró su cometido. Habitantes de Posadas que se movilizan diariamente en medios de transportes ecológicos se juntaron, se reconocieron, fueron parte de una movida, ocuparon las calles y se convirtieron en los dueños de la ciudad. También fue una masa internacional!! Puerto Rico, Colombia y España tuvieron sus representantes cicleros/as.

Potasio para reponer energías. Gracias Maru!
Risas cómplices entre amigos y desconocidos, charlas de bici en bici, compañerismo, solidaridad, emoción… todo eso formó parte del recorrido que duró cerca de una hora. Los vehículos no motorizados se hicieron presentes, con el compromiso y el entusiasmo de repetir esta experiencia todos los primeros domingos de cada mes. Así Posadas se suma a las cientos de ciudades que celebran el uso de la bici en el espacio urbano. Con el corazón pleno y satisfecho, podríamos decir que la masa crítica se transformó en “la masa de la alegría”.     

Toda la masa. Foto final
Además, compartirmos el video de lo que fue la primera Masa Crítica de Posadas
Realización y edición por Roberto Quintana